Aspectos a tener en cuenta
Antes de nada, es importante que tengas claro las opciones que existen para que puedas valorarlas todas:
- Alquiler.
- Alquiler con opción a compra.
- Comprar una vivienda para vivir en ella.
- Comprar para invertir.
- Comprar y rehabilitar una vivienda.
En el caso de que te decidas por la compra, normalmente, supone comprometerse con los pagos de una hipoteca. Por tanto, debes analizar si vas a poder cumplir con ellos y si merece la pena endeudarse.
Alquilar implica menos compromisos, porque el propietario se encarga de reparar las averías, te ofrece más posibilidades de movilidad, hay una amplia variedad de características y precios entre los que poder elegir y, si lo necesitas, se puede compartir.
Llegó el momento de decidir…
Lo primero e indispensable es valorar es si tienes estabilidad económica y/o unos buenos ahorros.
Cumplir con esta condición es necesario a la hora de decantarse por la compra. En caso contrario, la compra puede resultarte bastante difícil. Los bancos te van a pedir garantías como una nómina o algún aval. También valoran otros factores como la edad, los ahorros y el patrimonio.
El perfil de comprador que seas marcará la concesión y las condiciones de la hipoteca. Si has podido acumular capital o bien alguien puede aportarlo por ti, te será más fácil solicitar una hipoteca.
También es importante que tengas en cuenta que los gastos de la compra no son únicamente al pago del importe de la vivienda. Además, debes de asumir impuestos, gastos de notaría, tasación, escritura…
¿Qué porcentaje de los ingresos destinar a la compra o alquiler?
Si el 35% de tu sueldo es suficiente para pagar la hipoteca de la vivienda que quieres comprar, adelante, es factible ir a por ella.
Cuando se opta por un alquiler, es el propietario de la vivienda quién analiza nuestros ingresos y valora si podemos o no hacernos cargo de los pagos.
Aun siendo más difícil acceder a la compra de una casa que a un alquiler, la opción de la compra ofrece las siguientes ventajas:
Tener una vivienda es una posible fuente de ingresos futuros. Sin embargo, para que la inversión te salga rentable, debes asegurarte de que el precio en el momento de la compra es aceptable.
Nuestro consejo es que, antes de comprar, estudies muy bien la situación del mercado inmobiliario de la ciudad en la que vas a comprar y que cuentes con los servicios de un agente inmobiliario experto que te ayude a tomar la mejor decisión.
- Tranquilidad de tener una vivienda propia:
Tener una vivienda en propiedad te da seguridad y estabilidad. Evita que tengas que buscar constantemente un piso de alquiler y te ahorra sorpresas por subidas de precio inesperadas.
Los pagos de la hipoteca tienen un fin, y habrá un momento en el que no deberás pagar más cuotas. Esto supondrá un importante ahorro para tu economía doméstica.
- Libertad para hacer obras:
Las modificaciones en la vivienda las decide el propietario. No puedes hacer obras con libertad si vives de alquiler. Al tener la vivienda en propiedad, puedes adaptarla a tus gustos y necesidades tanto como desees.
En resumen, comprar o alquilar una vivienda es una decisión muy personal. Cada uno debe de tomarla valorando sus propias circunstancias personales
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